El problema surgió cuando Jade no quiso firmar con el patrocinador, quienes les entregaban los equipos que iba a utilizar la selección el mes próximo en los Juegos. Al parece después de esto, la situación no se desencadenó bien. Las últimas esperanzas de los entrenadores de que Jade cambie de opinión se fueron al suelo cuando no se presentó al entrenamiento con la selección esta semana en Río de Janeiro.
Muchas fuentes confían que puede ser un acto de rebeldía, pero quien en su sano juicio, después de meses y años de entrenamiento, por problemas de uniformes se perdería los Juegos. Sobre todo cuando las oportunidades de ganar una medalla y de pasar a una final son tan elevadas. Para muchos seguidores el programa brasilero ya se veía bastante engorroso y turbio desde a fuera, pero parece que esto se fue a un extremo. Esperemos que las cosas se solucionen en la brevedad y Jade pueda traer alguna medalla que tan bien merecida tiene el Brasil.
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